Mi recorrido como docente ha estado marcado por la diversidad de contextos en los que he tenido la oportunidad de trabajar. Comencé con prácticas en colegios e institutos de secundaria, donde confirmé que mi vocación estaba en el aula y que cada experiencia, aunque breve, era fundamental.
Poco después empecé a impartir clases de Lengua Castellana y Literatura en institutos y descubrí la importancia de conectar los contenidos con la vida cotidiana de los adolescentes para mantener su motivación. Al mismo tiempo, he trabajado en academias privadas, impartiendo refuerzo a estudiantes de distintas etapas educativas, desde infantil hasta Bachillerato, lo que me permitió adaptar metodologías y materiales a necesidades muy concretas.
Mi pasión por la enseñanza del español como lengua extranjera me llevó a realizar prácticas en centros especializados, participar en un proyecto de telecolaboración, planes de alfabetización y programas de verano internacionales. Pero, sin duda, una de las experiencias más enriquecedoras fue mi etapa como auxiliar de conversación en Portugal, donde pude enseñar español en un entorno multicultural y no solo desarrollé funciones de auxiliar en Primaria y Secundaria, sino que todo el profesorado me incluyó como una más del claustro. Esa etapa de mi vida fue tan importante que años después tuve la oportunidad de hacer un jobshadowing como profesora (Erasmus+) y decidí volver al lugar en el que estuve como auxiliar.
Además, mi experiencia laboral también incluye años trabajando de cara al público en el sector del comercio, lo que me ha dado habilidades muy valiosas como la empatía, la paciencia y la capacidad de comunicación, virtudes que aplico cada día en el aula.